Es el dirigente más valorado por la militancia del PRO, por con un altísimo rechazo en el resto. La pelea silenciosa con Larreta y el debate por una candidatura.
Por Eduardo Paladini para Clarín.
Cuando aún se analizaba en caliente el impacto de la pelea por la coparticipación porteña y Horacio Rodríguez Larreta daba un paso (en general elogiado) como referente opositor nacional, Mauricio Macri decidió opacar a su aliado y el domingo publicó una extensa carta con durísimas críticas -y ninguna autocrítica- al Gobierno nacional. Lo acusó de un ataque «sistemático y permanente» a la Constitución. Lo hizo el mismo día en que por las redes se convocaba a un banderazo en todo el país contra las políticas del oficialismo. A su modo, agitó la grieta y la discusión por los dos «modelos». Justo lo contrario de lo que había pregonado el jefe de Gobierno porteño.
Este nuevo cortocircuito reavivó una pregunta irresuelta dentro de la coalición opositora: ¿dónde conviene poner a Macri? El dilema no es sólo de tono discursivo o de presencia mediática. También tiene pata electoral: ¿conviene que sea candidato en 2021? Para trazar una panorama, Clarín habló con referentes de los diferentes sectores que componen el espacio y reconstruyó cuál es el pensamiento del propio ex presidente.
La postura del macrismo duro
Es el sector representado, entre otros, por la titular del PRO, Patricia Bullrich, y el peronista Miguel Pichetto. En público sostienen las posturas más críticas contra el kirchnerismo, en coincidencia con el ex presidente. Pero, contrario a lo que puede pensarse, en privado también le exigen una autocrítica a Macri.
«Desde el final de la campaña se creó la idea del líder indiscutido, único, y eso fue negativo para él, porque perdimos. Acá estuvieron las marchas del ‘sí, se puede’, crecimos en la elección, pero perdimos. Perdimos por la economía, por la política social. Y perdimos la provincia de Buenos Aires. Hay que hacerse cargo», arranca ante la consulta de Clarín uno de los referentes de ese grupo.
Y sigue, casi sin que medie pregunta: «Mauricio tiene que entrar en un lugar colectivo, sin eludir lo que pasó. Es un ex presidente que merece su espacio y cada vez que habla genera protagonismo. No se lo puede tirar por la borda, como quieren algunos. Los radicales hicieron eso con Alfonsín y después les costó recuperarse. Tampoco estamos de acuerdo con que lo quieran equiparar con Cristina. Y a Horacio (Rodríguez Larreta) lo vemos un poco apresurado por correrlo y ocupar ese espacio».
La postura del macrismo moderado
Es el sector que se referencia (una buena parte) en Larreta, y que integran el propio jefe de Gobierno, María Eugenia Vidal, Rogelio Frigerio y Emilio Monzó. Son los que exigen una autocrítica más profunda y alguna señal más clara del ex presidente de que se corre del centro de la pelea para abrir espacios a nuevos liderazgos. También hablan de una construcción más amplia, que salga de la grieta y represente al centro del electorado.
«Macri no puede seguir diciendo que estaba todo bárbaro hasta el 11 de agosto y se fue al demonio por el resultado de las primarias. Y el mismo, en una charla con Vargas Llosa, habló de su rol para generar nuevos liderazgos, pero después le cuesta cumplir», cuestionó un dirigente de los «moderados».
Cerca del jefe de Gobierno creen que la pandemia jugó en contra: «Mauricio tenía pensado viajar por el mundo, con su rol de asesor de la FIFA. Uno lo imaginaba feliz en ese lugar, pero el coronavirus trastocó todo».
La postura de los aliados
Si bien el radicalismo tiene sus propias internas, el fracaso del gobierno que encabezó Macri -y del que no formaron parte central en el Ejecutivo- envalentona al partido para reclamar más y nuevos lugares. En ese juego de roles, el titular del partido, Alfredo Cornejo, encarna un discurso más anti K y busca una proyección nacional desde ese lugar; Martín Lousteau, en cambio, es una de las figuras del sector moderado y enlaza con el macrismo que representan Larreta y Vidal.
«Macri dejó una coalición que saco el 40,4% en un contexto muy adverso. Ese legado es la base para consolidar y ampliar, junto a los nuevos dirigentes que vayan surgiendo, un espacio que le pueda ganar al kirchnerismo», resume a este diario uno de los principales referentes de la UCR. Con Macri como principal protagonista creen que esto será muy complicado.
En la Coalición Cívica también cuestionan la falta de autocrítica del ex presidente y de plantear la oposición al kirchnerismo a partir de una defensa de su propia gestión. Cuando rememoró el pasado, días atrás, Elisa Carrió no recordó a Macri sino a María Eugenia Vidal. ¿Pueden ir juntas en una boleta en Provincia en el 2021?
¿Qué piensan Macri y su entorno?
A más de un año de la derrota en las PASO, y según pudo reconstruir este diario, Macri efectivamente cree que la mirada sobre su gestión es injusta, que hubo un quiebre por el resultado de las primarias y que dentro de su propio espacio no le reconocen distintos méritos. ¿Autocrítica? Poco y nada. Ni siquiera en privado, pese a que casi todos los sondeos lo ubican hoy como el dirigente peor valorado del país. Con una particularidad: dentro de la militancia del PRO tiene imagen positiva casi perfecta, aun por encima de Larreta.
En este contexto, parece poco probable que ceda protagonismo. Funciona casi como un mecanismo de defensa. Macri no dio pistas si esa estrategia incluirá una candidatura en 2021. Ningún dirigente, ni siquiera los que están a su lado, lo ve entusiasmado con ocupar una banca en un Congreso que lo aburre.
Pero en este punto, abren dos asteriscos. Uno, habrá que seguir la evolución del contexto político y judicial, pensando en una postulación que pueda garantizarle eventualmente fueros. Y dos, será una decisión que tomará exclusivamente él.